Esta diversidad paisajística
está acompañada por ecosistemas frágiles con
una abundante flora y fauna, que hoy requieren de un adecuado estudio
y protección.
Dentro de su territorio existen cinco tipos distintos
de bosques:
El bosque serrano se desarrolla en sierras donde
la poca profundidad del suelo determina el crecimiento de especies
adaptadas a los sitios donde no abunda el agua. Predominan el tala,
el coronilla, la aruera y los canelones, que le dan su característico
aspecto de bosque espinoso.
El bosque de quebrada crece encajonado entre dos
laderas, en lugares protegidos del viento y con agua y sombra abundantes,
donde se desarrolla un microclima húmedo, que favorece el
crecimiento de árboles de gran tamaño y de otras especies
como los helechos.
El bosque ribereño se ubica en la ribera de
ríos y arroyos; constituye una comunidad densa donde las
especies se disponen en franjas de acuerdo con su mayor o menor
afinidad con el agua. Sarandíes, sauces, curupíes
y mataojos de agradable fragancia tienen sus raíces en contacto
con el agua. En la franja intermedia están el chal chal,
el arrayán y la aruera, mientras que más alejados
se encuentran especies por lo general espinosas, como el molle,
el coronilla y el tembetarí. También abundan los ceibos
y es frecuente la palmera pindó.
La palmera butiá es una especie propia del
Uruguay y del sur de Brasil, pero las agrupaciones que forma en
nuestro país son únicas por sus dimensiones y por
su densidad.
El bosque psamófilo costero se encuentra en
la costa de las lagunas y del Atlántico. Su principal característica
es su adaptación a las condiciones ambientales extremas:
suelos arenosos pobres y fuertes vientos que son los que le dan
su clásico aspecto achaparrado. Las especies características
de esta formación son: canelón, aruera, molle, coronilla,
envira, espina de la cruz y varios tipos de cactus. En franco retroceso
debido al desarrollo humano, este tipo de bosque, tiene su mejor
y casi único ejemplo en los bosques costeros de la playa
El Caracol, en Rocha.
Los matorrales son la formación vegetal donde
predominan los arbustos altos y densos. El matorral serrano suele
ser la transición entre el bosque serrano y la pradera. Sus
especies más abundantes son la espina de la cruz, chirca
de monte, espina amarilla, tala gateador, congorosa, sombra de toro
y varios tipos de cactáceas. Suele ser quemado para ampliar
las áreas de pastoreo. El matorral psamófilo es propio
de las lomas y dunas costeras y su composición varía
según la zona.
Dentro de las comunidades vegetales donde predominan
las hierbas, se destacan las formaciones litófilas: comunidades
que habitan sobre rocas, donde no hay suelo. Por ello, las plantas
aprovechan las grietas donde se acumula tierra y humedad suficiente
para permitir su crecimiento. En estas condiciones ambientales extremas,
con escasa disponibilidad de nutrientes y agua, se desarrollan los
líquenes. A los líquenes se le asocian algunos cactus,
en general de tipo globoso. La mayor amenaza para este tipo de formación
es la colecta de cactáceas, consideradas de gran valor ornamental.
Otras comunidades herbáceas son las praderas
(asociación de hierbas bajas que predominan en el paisaje
uruguayo) y los pajonales, caraguatales, gramales, cultivos y rastrojos.
En los bañados, asociados a una rica vida
animal, abundan espadañas, tiriricas, juncos, gramas (un
pasto acuático de tallo flotante que constituye, en verano,
un excelente forraje para el ganado), camalotes y acordeones de
agua. La mayor parte de las plantas acuáticas registradas
en Uruguay están representadas en la Reserva.
Aves
Se han registrado más de 300 especies de aves, lo que representa
más del 75% del total de todo el territorio uruguayo. El
porcentaje se eleva a más del 90% cuando nos referimos a
las aves acuáticas. Y, además, la reserva es un lugar
muy importante para las especies migratorias que pasan parte del
año en Uruguay.
En los palmares viven especies que, aunque no son
exclusivas de este ambiente, logran en él una interacción
perfecta con los otros elementos biológicos y físicos
del ecosistema. Entre ellas se destacan churrinches, distintas especies
de carpinteros y golondrinas y el ñandú, que si bien
es omnívoro y habita también en otras zonas, manifiesta
su preferencia por los frutos de la palmera, contribuyendo a dispersar
sus semillas.
Las
costas oceánicas tienen también sus especies más
características. Se destacan tres tipos de gaviotas: la cocinera,
la capucho café y la de cola negra, así como los chorlos
y playeros, que son especies migratorias, protegidas internacionalmente
para su conservación.
Las lagunas
y los bañados albergan otras hermosas especies como el flamenco,
el cisne de cuello negro, el ganso blanco y varios tipos de garzas
y patos. También abundan en las áreas húmedas
las dos especies de cuervillos, llamadas vulgarmente "masaricos"
que pueden verse en grandes grupos de hasta 15.000 individuos.
Las praderas de Rocha se ven agraciadas con la presencia
del dragón, un ave más abundante antaño y cuya
población atraviesa hoy un período crítico
debido a la confluencia de factores perjudiciales, entre ellos la
caza con fines comerciales, la destrucción de su hábitat
y el parasitismo de cría del tordo. Las dos especies de viuditas
blancas llaman la atención por su color blanco puro, combinado
con algunas pocas plumas negras en la cola y en los bordes de las
alas. Una de ellas acompaña al dragón, ya que come
los insectos que este levanta al alimentarse del suelo de la pradera.
Como retribución, alerta al dragón de la presencia
de predadores, de los cuales se percata antes.
En el monte las aves se alimentan de frutos y su
plumaje es vistoso. Ejemplo de ello son el cardenal azul, el naranjero,
el arañero y el dormilón.
Varias especies de picaflores habitan los montes
de la reserva, algunas residentes y otras migradoras, alimentándose
del néctar de las flores, ayudados por sus alas que le permiten
quedar suspendidos en el aire y aún volar hacia atrás.
Tres especies de martín pescador frecuentan
los montes ribereños, posándose sobre las ramas y
volando al ras del agua, zambulléndose cuando detectan una
presa. Se pueden ver también decenas de aves rapaces, como
el caracolero, visitante estival que frecuenta los bañados
donde se alimenta exclusivamente de moluscos de agua dulce.
Mamíferos
Más del 60% de las más de 70 especies de mamíferos
terrestres que habitan Uruguay puede encontrarse en el departamento
de Rocha. Tal variedad se debe a la diversidad de ambientes de la
región: praderas, montes, quebradas, dunas y bañados.
Es en estos últimos donde habitan aquellas especies más
numerosas.
El
carpincho y la nutria son los mamíferos más característicos
de los humedales del este. Ambos viven cerca de los cursos de agua,
en lugares provistos de abundante vegetación, donde encuentran
alimento y refugio. Además de ellos, otras 19 especies de
roedores habitan la zona.
Entre los carnívoros, el lobito de río
tiene hábitos semiacuáticos y se alimenta principalmente
de peces, moluscos, crustáceos y aves. Se lo encuentra, escasamente,
en los montes que bordean ríos y arroyos donde construye
sus cuevas.
El zorro perro o de monte es numeroso y habita fundamentalmente
los bosques que rodean las corrientes de agua, aunque también
se lo ha visto en praderas, palmares, dunas, pajonales y bañados.
Entre los herbívoros, se destacan dos especies
de ciervos. El guazu-birá, que ocupa zonas de densa vegetación
a orillas de cursos de agua y el venado de campo, cuya población,
que hasta el siglo pasado fue muy abundante en todo el país,
ha disminuido dramáticamente debido a la alteración
de su hábitat por la agricultura y la ganadería, la
competencia por alimento y espacio con el ganado, las enfermedades
y la caza. En Rocha sobreviven unos 200 ejemplares en la zona de
Los Ajos, protegidos por un estanciero que no permite cazar en su
propiedad. Junto con un grupo mayor que sobrevive en Salto (unos
700 ejemplares), es la única población silvestre que
resta en el país.
Entre los edentados, en la Reserva se han registrado
cuatro especies de armadillos y ocasionalmente también al
oso hormiguero chico (el grande está extinguido en Uruguay).
De todos los armadillos, el menor, la mulita, es el más frecuente.
La rica fauna de esta región incluye también
a los únicos mamíferos que vuelan: los murciélagos.
Once especies distintas han sido registradas pero, por sus especiales
características, se destaca el vampiro. Se alimenta bebiendo
la sangre de aves y de mamíferos, en especial del ganado.
En Rocha habitan además, rebaños de
lobos marinos constituidos por dos especies que conviven en armonía:
el lobo de dos pelos -también llamado lobo fino- y el lobo
marino de un pelo, también denominado lobo ordinario o león
marino. La población de lobos marinos del Uruguay es una
de las más importantes del mundo, si no la principal. Es
en nuestras costas donde sobrevive el único remanente numeroso
de los rebaños de lobos de dos pelos, especie que en épocas
pasadas ocupó grandes extensiones de la costa sudamericana.
Bosque de
Ombúes
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