No es fácil determinar exactamente
en qué fecha aparecen las primeras referencias de Barra de
Valizas, pero se sabe que, desde la época de la conquista
española, ya se tenía conocimiento de los manantiales
de agua dulce que brotan desde las dunas, arroyo arriba a poca distancia
de la costa. Se cuenta que los marinos buscaban refugio en la ensenada
de Castillos cuando arreciaba el pampero y en esos manantiales se
aprovisionaban de agua para sus largas travesías.
El pirata francés Etienne Moreau , allá
por el año 1717, se dedicaba (entre otras cosas) al contrabando
de cueros de vacunos que faenaba clandestinamente en esta zona.
A orillas del mar, en la ensenada de Castillo Grande, tenia sus
depósitos y desarrollaba su actividad hasta que, el 25 de
mayo de 1720, un enfrentamiento con tropas enviadas por Don Bruno
Mauricio de Zabala al mando de Don Antonio Pando y Patiño
pone fin a sus andanzas.
Años después, llegarían los
primeros pobladores estables, algunos originarios de la zona y otros,
sobrevivientes de alguno de los múltiples naufragios ocurridos
en esta región, conocida como el "infierno de los navegantes".(En
1857 apareció el primer Manual de Navegación, cuyo
autor era un marino francés de apellido Boucarot, quien se
refirió al Río de la Plata en estos términos).
La cercanía del arroyo y mar, la fertilidad
de las tierras y la pesca abundante eran argumentos más que
suficientes para los pioneros, que originalmente estaban en el actual
margen sur del arroyo, nucleados en un caserío que terminó
enterrado bajo el caprichoso vaivén de las dunas, luego de
años de existencia. Hoy se puede ver algún resto de
construcción cuando el arroyo erosiona las dunas y lo deja
al descubierto. Ante esta situación algunos se fueron, y
los menos cruzaron el arroyo para establecerse en el lado opuesto,
lejos del avance de las dunas pero cerca del arroyo y del mar que
les daba vida.
Tanto en una orilla como en la otra, la pesca de
la corvina negra y el tiburón se hacia a poca distancia de
la costa o desde la misma, y era tal la abundancia que incluso se
instaló una compañía pesquera (La Copur) con
flota propia, en el lado de las dunas. Hasta había una pista
de aterrizaje que utilizaban los propietarios de la compañía.
Recordemos que no había buenos caminos entonces, y los viajes
a Castillos eran , fundamentalmente, en carro y a caballo. Viajar
a Montevideo era una verdadera odisea.
Lo que hoy conocemos como el pueblo de Barra de Valizas
era un extenso arenal, domesticado más adelante por las forestaciones
de MGAP, y los ranchos que, poco a poco, se iban afincando ahí.
Tampoco el arroyo seguía su curso actual, en ese entonces
la desembocadura estaba frente a la actual calle principal, siendo
la pequeña laguna un vestigio de ese curso de agua. El origen
del nombre Barra de Valizas o mejor dicho Balizas, está aún
en discusión. Una leyenda cuenta que los antiguos pobladores
ponían luces móviles en la costa para confundir a
los navegantes que creían reconocer un puerto y terminaban
estrellados en las rocas mientras los "ponchos negros"
(denominación local de los bandidos que habitaban en la costa)
saqueaban los restos de los naufragios, de ahí el nombre
Balizas. Otros dicen que en la boca de la laguna Castillos, donde
nace el arroyo Valizas rodeado por el bosque de ombúes había
un cruce especialmente bajo utilizado por los viajeros desde y hacia
Rio Grande, este paso se señalizaba con unas estacas de orilla
a orilla, de ahí el nombre arroyo Balizas, posteriormente
Valizas.
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